Y no me preguntes que, sabes que la viste y que te volviste a enamorar, no era casualidad, la eliges a ella, por parecer un cielo eterno en sus ojos y sabemos que lo único de bueno que tiene eres tu.
Deja de preocuparte y de preocuparme : sabemos que estaremos el uno para el otro, aunque sea diferente, yo ya se que nunca se podrá, y me tapo los ojos como la cobarde que soy, me despojo de todo contacto y todo tacto.
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